Con el pecho cubierto de medallas regresó el viejo soldado. Arrastrando su pierna ortopédica dejó una larga línea en la tierra. Esa huella iba dividiendo el mundo en dos. Un lado estéril que rápidamente se convertía en desierto y un lado fértil poblado de bosques, flores exuberantes y aves multicolores... El viejo soldado, con el pecho cubierto de medallas, se perdió en el horizonte. Poco a poco el viento y la lluvia borraron esa huella. El mundo recuperó su unidad.
Alejandro Jodorowsky
jueves, 31 de julio de 2008
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